HALLOWEEN
Es
cierto que podría hacerse una fiesta de disfraces, hacer bromas
sanas y divertirse sin entrar en los aspectos macabros del Halloween.
Pero aun queda el peligro de asociarse a una fiesta pagana que tiene
mucha vigencia en el ocultismo y la Nueva Era. Las fiestas reflejan e
influyen en nuestros valores. Es alarmante que muchos cristianos han
olvidado el testimonio de los santos y se sientan más atraídos a
festejar con brujas y fantasmas. Les parece todo una broma, una
diversión inofensiva. Lo hacen por llenar un vacío, porque los
santos ya no interesan y las prácticas paganas y ocultistas ejercen
una extraña fascinación. Por eso se está propagando rápidamente
en nuestra cultura la adivinación.La creencia en la reencarnación y
muchas más. En Estados Unidos, mujeres que se enorgullecen de ser
brujas luchan por crear una nueva imagen para su gremio y propagar su
religión.
- Raíces de Halloween
Ya
desde el siglo VI antes de Cristo los celtas del norte de Europa
celebraban el fin del año con la fiesta de Samhein
(o La Samon),
fiesta del sol que comenzaba la noche del 31 de octubre. Marcaba el
fin del verano y de las cosechas. El colorido de los campos y el
calor del sol desaparecían ante la llegada de los días de frío y
oscuridad. Creían que aquella noche, el dios de la muerte permitía
a los muertos volver a la tierra fomentando un ambiente de muerte y
terror. La separación entre los vivos y los muertos se disolvía
aquella noche y haciendo posible la comunicación entre unos y otros.
Según la religión celta, las almas de algunos difuntos estaban
atrapadas dentro de animales feroces y podían ser liberadas
ofreciéndo a los dioses sacrificios de toda índole, incluso
sacrificios humanos.
Sin duda
Samhein
no es otro sino el mismo demonio que en todas las épocas busca
implantar la cultura de la muerte.
Aquellos
desafortunados también creían que esa noche los espíritus
malignos, fantasmas y otros monstruos salían libremente para
aterrorizar a los hombres. Para aplacarlos y protegerse se hacían
grandes hogueras. Estas hogueras tuvieron su origen en rituales
sagrados de la fiesta del sol. Otras formas de evitar el acoso de
estos macabros personajes era preparándole alimentos, montando
macabras escenografías y disfrazándose para tratar de asemejarse a
ellos y así pasar desapercibidos a sus miradas amenazantes.
¿Cómo
sabía aquella gente la apariencia de brujas, fantasmas y monstruos?
Al no conocer al verdadero Dios aterrorizados ante las fuerzas de la
naturaleza y las realidades del sufrimiento y la muerte. De alguna
forma buscaban desahogar aquella situación dándole expresión en
toda clase de fantasías. Todo lo feo, lo monstruoso y lo amenazante
que se puede imaginar en figuras de animales y seres humanos
constituye la base para darle riendas libres a la imaginación del
terror.
FIN
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